BDSM Library - Teaching a Professor [Spanish]

Teaching a Professor [Spanish]

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Synopsis: A high school student has some questions she wants answered by her professor. Or maybe he can show her!
Ense��ndole a un Profesor

Ense��ndole a un Profesor

Cap�tulo 1: La Clase

-De esa manera, los sexos opuestos generan atracci�n entre s�, es un sentimiento agradable que la naturaleza nos impone para instigar nuestro instinto de procreaci�n. El momento del coito en s� es un hecho muy placentero para ambos sexos por lo mismo, es un sentimiento que la naturaleza utiliza para incitar a la reproducci�n.

Sergio Kaen, de 33 a�os y Licenciado en Educaci�n Sexual, repet�a esta clase a�o tras a�o y estaba finalizando la misma con los chicos y chicas del 2� A�o del Polimodal. Era una clase que duraba una semana y se daba una sola vez al a�o: �Sexualidad Humana�. En los �ltimos a�os, Sergio hab�a perdido el �mpetu y las ganas de sus primeros tiempos ya que sent�a como si estuviera explic�ndole a un cocinero lo que es un tenedor. �Qu� chico de 16 o 17 a�os se manten�a virgen en estos tiempos? Estaba seguro que al menos el 95% de los integrantes de su clase se aburr�an en la misma, ya que �l no les aportaba nada nuevo. Todo eso ya lo hab�an aprendido en la pr�ctica.

-De hecho, la relaci�n sexual es una de las sensaciones m�s placenteras que puede experimentar un ser humano �continu� Sergio, un poco hastiado y fastidiado por estos pensamientos que recorr�an su mente mientras continuaba la clase. Casi era un hecho, se dijo a s� mismo, que esta ser�a su �ltima clase. Renunciar�a, dada su falta de ganas para dar la misma y la falta de inter�s de sus alumnos.

Su discurso termin� en el preciso momento en que sonaba el timbre de salida. Era la �ltima hora, as� que los chicos seguramente estaban ansiosos de salir raudamente para ir a sus casas, o adonde sea que fueran. A Sergio se le pasaba por la cabeza que incluso muchos de ellos quiz�s pondr�an en pr�ctica todo lo que �l estaba �ense��ndoles� en cuesti�n de minutos.

-Bueno, si alguno de uds. tiene alguna pregunta, este es el momento de hacerla. Si no, este es el final de la clase.

Como predijo, sus m�s de 40 alumnos se levantaron r�pidamente y salieron sin saludar por la puerta, casi corriendo. Resignado, se dio la vuelta y empez� a guardar sus notas en su portafolio.

Al terminar se alist� a irse, enfadado con la actitud de la juventud de estos d�as. Quiso salir con la misma rapidez que lo hab�an hecho hac�a unos instantes sus alumnos y casi se lleva por delante a una alumna.

-�Perd�n! �se disculp� Sergio-. Cre� que hab�an salido todos ya.

La chica se hab�a acercado sigilosamente al profesor mientras guardaba sus cosas y hab�a permanecido parada inm�vil a s�lo cent�metros de su espalda, esperando pacientemente que Sergio terminara de colocar todas sus notas en su portafolio.

Sergio inspeccion� visualmente a la chica que estaba delante suyo. Era Laura Roberitti, una alumna que siempre se sentaba al fondo del aula y que rara vez participaba de la clase. A diferencia de sus compa�eros, no charlaba con nadie y se sentaba separada de sus compa�eros.

-No hay problema �dijo la chica con voz suave y t�mida-. Quisiera hacerle unas preguntas, si no le molesta.

-Con todo gusto, para eso estoy �respondi� Sergio. Hab�a pasado mucho tiempo desde la �ltima vez que un alumno suyo se hab�a interesado en preguntarle algo.

La chica estaba vestida con el uniforme de la escuela: una camisita blanca con un escote medianamente prominente �el cual dejaba ver los ya evidentes crecidos pechos de la ni�a, no tan ni�a-, una pollera tableada estilo escoc�s �bastante corta por cierto-, zapatos y un mo�o/lazo en el pelo. Laura era extremadamente bonita, de pelo casta�o oscuro, tan oscuro que pod�a confundirse f�cilmente con el negro, y sus ojos eran de un tono similar al del color de su pelo.

-Escuch� atentamente toda esta semana su clase �dijo la ni�a-, y aunque me interesa mucho todo lo que nos ense�� y entend� a la perfecci�n la mayor parte, no puedo entender qu� es lo que se siente exactamente al mantener una relaci�n sexual �al decir esto se la not� enrojecerse de verg�enza de inmediato, y lo dec�a casi tartamudeando-. Simplemente no entiendo cu�l es el bienestar que se experimenta.

El profesor, asombrado ante la ins�lita pregunta de la joven, trat� de contestarle lo m�s profesionalmente posible. Pero a�n as�, un bulto empez� a formarse en su pantal�n, en la zona de la entrepierna.

-Al tocarse, besarse y acariciarse, el cuerpo siente placer y reacciona al mismo. Ciertas hormonas y toxinas son liberadas por el cerebro y en el hombre ello provoca una erecci�n, mientras que en la mujer lo que ocurre es la lubricaci�n de la vagina, prepar�ndola para una eventual penetraci�n. En ambos casos, ambas circunstancias generan excitaci�n en los dos sexos y los amantes desean continuar con sus caricias hasta llegar al desenlace: el coito, en el que idealmente ambas partes llegar�n al orgasmo. El mismo es un sentimiento extremo de placer, casi indescriptible.

-Pero no me est� diciendo nada nuevo, eso es lo que explic� a lo largo de sus clases �retruc� la joven-, y es exactamente lo que no entiendo. Es que yo nunca experiment� algo as�. Es decir, s�, por personas como usted y amigas, lo bien que se siente, pero jam�s lo he sentido. Intent� tocarme para tratar de descubrir qu� se siente, pero no me excit� en lo m�s m�nimo nada. De hecho, no s� si alguna vez me excit� en mi vida.

El bulto en los pantalones del profesor se agrand� un poco m�s.

-�Quiz� estoy haciendo algo mal?

-Em, ejem �se aclar� la garganta Sergio, no estando seguro exactamente qu� responder-. No s� si puedo contestarte esta pregunta, no s� si es mi lugar.

-Necesito su ayuda, por favor. Quiero sentir lo que sienten los dem�s. Quiero saber si es que estoy haciendo algo mal. �Quiz� usted pueda decirme c�mo tocarme?

-Ejemem �el bulto ya era una erecci�n r�gida y latente-, es que creo que esto excede a lo que se supone que debo dar en clase, jovencita.

-Por favor� ud. mismo acaba de decir que se siente un placer indescriptible, es decir que la �nica manera de ense��rmelo efectivamente es ayudarme a sentirlo. �C�mo debo tocarme?

Excitado y avergonzado a la vez, el profesor decidi� que quiz� pod�a ayudarla un poco.

-Cuando est�s sola en tu cama, acu�state desnuda. Prueba comenzar en tocar tus pechos, describe c�rculos alrededor de ellos, ag�rralos con toda la mano y apri�talos, tira de ellos. Luego haz lo mismo con tus pezones. Empezar�s a sentirte muy bien y que tu vagina empieza a mojarse. Entonces quiz�s puedas probar llevar un dedo o dos a ella y acariciarla, tocando tambi�n tu cl�toris que es la zona er�gena m�s importante en el cuerpo de la mujer.

-Ya intent� todo eso, en Internet dice exactamente lo mismo y no es ning�n secreto �dijo Laura. Sergio se avergonz� de darse cuenta que ten�a raz�n, y vio c�mo sus conocimientos eran minimizados-. Cre� que Ud. pod�a aportarme algo m�s que eso, que est� al alcance de cualquiera, ya que supuestamente sabe m�s que cualquier sitio de Internet.

-Es que� bueno� ver�s que es una buena manera de excitarse, ya que hasta en Internet te recomiendan lo mismo.

-Bueno, cre� que podr�a ayudarme, parece que no ser� as� �dijo la joven, con voz triste y resignada-. �No tiene ning�n otro consejo para darme?

-Bueno� no s� -aturdido, esa era la condici�n en que se encontraba Sergio. No ten�a soluci�n para esta joven.

-Quiz� �dijo ella t�midamente, tomando de repente la mano del profesor-, quiz� ud. pueda mostrarme c�mo debo tocarme, en lugar de simplemente dec�rmelo.

Sergio se qued� simplemente boquiabierto y perplejo, con su pene queriendo romper todas las ropas que lo manten�an cubierto, y su cerebro luchando entre lo que quer�a hacer su pene y lo que su sentido com�n le dec�a que era lo correcto de hacer.

Al ver que el profesor no reaccionaba, Laura trag� toda su verg�enza (su cara no pod�a ponerse m�s roja de lo que ya estaba) y llev� la mano de �l a su pecho derecho.

En ese momento, la cabeza de Sergio hizo un clic, y todo su sentido com�n se le fue por la borda. Que ella llevara su mano al pecho de ella fue demasiado para �l, pese al profesionalismo que ten�a.

-Te voy a mostrar, peque�a� �y c�mo te lo voy a mostrar!

Solt� el portafolio y se abalanz� sobre ella, agarr�ndole ambos pechos con las manos y bes�ndola en la boca apasionadamente con la lengua. Ella se vio sorprendida por esto, pero despu�s de unos segundos comenz� a responder devolvi�ndole sus besos.

Sergio empuj� a Laura, sin dejar de besarla y acariciarle las tetas, hasta que la hizo chocar de espaldas contra su escritorio. Llev� sus labios por sobre su escote y entre medio de sus senos, bes�ndolos, y movi� sus manos hacia su culo, meti�ndoselas por debajo de la pollera y acariciando la bombacha de algod�n que llevaba puesta. Se sorprendi� un poco al darse cuenta que era una bombacha cola-less, pero no le prest� mucha atenci�n y sigui� con su asalto sexual a la adolescente.

Baj� los brazos para levantar las piernas de la chica y la hizo recostarse en el escritorio, mientras despejaba el mismo tirando todo lo que hab�a encima de �l. Le desaboton� todos los botones de la escotada camisita que llevaba y hundi� su cara entre medio de sus dos juveniles pero bien formados pechos, besando y lamiendo, mientras le acariciaba la parte superior de las piernas con su mano derecha.

Tras unos segundos comenz� a besarla en la boca otra vez, con mucha pasi�n, que se hab�a apoderado de �l. Sab�a que lo que estaba haciendo estaba mal; no s�lo porque ella fuera menor, sino porque era en la escuela y ella era su alumna. Aunque tambi�n estaba confiado que nadie se enterar�a, ya que todos los alumnos, los profesores y empleados hab�an dejado el edificio ni bien son� el timbre que dio por finalizada su clase, hac�a unos minutos.

Mientras continuaba bes�ndola, acarici� sus muslos con la mano derecha y luego se reposicion� en el extremo del escritorio para poder tener acceso a sus tetas con ambas manos. Las apret� y las acarici�, mientras besaba la boca y el cuello de la joven. Pasaron s�lo unos momentos y la joven comenz� a gemir, evidenciando que hab�a empezado a encontrar el placer que tanto hab�a querido y buscado.

-�Te estoy tocando bien? �Est�s sintiendo el placer que tanto ansiabas encontrar? �inquiri� el profesor.

-S� oh, s� �respondi� ella entre gemidos.

Sergio movi� su mano derecha hacia abajo, por sobre la pollera de su alumna y toc� la parte de su bombacha de algod�n que cubr�a justo la entrada a su vagina. Estaba empapada.

-�Sientes cu�n mojada est�s? �Alguna vez te hab�a pasado eso? �dijo �l mientras comenzaba a frotar y acariciar su concha a trav�s de la humedecida prenda interior de la joven.

-N� no�

Sergio frot� con mayor ah�nco mientras le desabrochaba el corpi�o.

-Entonces te gusta lo que estoy haciendo� -le dijo-. Entonces deber�as retribuirme un poco esa atenci�n haci�ndome sentir de similar forma.

Tom� entonces la mano de la joven y la llev� a su entrepierna. Ella se sobresalt� por lo que toc�, pero �l le inst� a que no tuviera miedo y entonces ella comenz� a acariciarle la verga.

Sergio arranc� el corpi�o de la chica y revel� las hermosas tetas de Laura. Se baj� el cierre del pantal�n y sac� su miembro para que ella pudiera toc�rselo mejor. Al darse cuenta de esto, ella inmediatamente quiso verlo.

-Nunca he visto a un hombre desnudo �dijo-. Quiero ver c�mo es una pija.

Se baj� del escritorio y escrut� inquisitivamente con la mirada la verga del profesor. Se mostr� muy interesada, y tras unos instantes continu� toc�ndola.

-El sexo oral es una de las formas m�s placenteras de satisfacci�n sexual �le dijo, mientras le insinuaba que se arrodillara con la vista.

Ella no dud�, ansiosa de aprender y de explorar todos estas nuevas sensaciones que estaba experimentado. Se arrodill� y abri� la boca, esperando que �l colocara su pija dentro.

Y as� lo hizo. Meti� su verga en el hueco que formaban los labios de la chica y agarr�ndole la cabeza comenz� a cogerle la boca. Despacio al principio y ganando r�pidamente velocidad, continu� este asalto a la joven mientras bajaba su mano izquierda para agarrarle y acariciarle las tetas.

El profesor comenz� a gemir y supo que deb�a frenarse pronto, si no quer�a perderse la oportunidad de ense�arle m�s cosas a esta inocente alumna.

Sac� su pija y le dijo a Laura que pusiera de pie. Sin perder un segundo tras que ella cumpliera con esto, �l la tom� de los brazo y la hizo girar 180 grados para que ella quedara de espaldas a �l. Agarrando sus dos tetas desde atr�s, �l la empuj� hacia su cuerpo y la hizo inclinarse sobre el escritorio mientras lam�a y besaba su nuca, respir�ndole fuertemente en ella y presionando su verga contra el cubierto culo de Laura. Ella gimi� m�s fuerte que nunca.

Sergio continu� lamiendo la nuca de la chica, moviendo su lengua lentamente hacia su oreja mientras la atormentaba con su pija presion�ndola fuertemente contra el culo de Laura. Bes� y lami� el o�do de la chica mientras continuaba acarici�ndole las tetas y ella volvi� a denotar el placer que estaba sintiendo, con lo que �l quiso comprobar la humedad que emanaba de su concha, bajando una mano hacia ella y comprobando lo empapada que se encontraba su bombacha.

De un s�bito movimiento, le baj� y le quit� la bombacha a la chica. Luego le hizo subir la pierna derecha al escritorio, manteniendo la otra en el piso y le hizo reclinar el cuerpo, boca abajo, sobre el mueble.

Sergio entonces manose� el sexo, por primera vez expuesto, de la chica. Acarici� sus labios vaginales y con suavidad pas� sus dedos �ndice y medio alrededor de su cl�toris. M�s que gemidos, Laura empez� a jadear de placer.

Sin perder m�s tiempo, se baj� los pantalones por completo y se posicion� entre las piernas abiertas de la joven.

-Ahora te voy a mostrar lo que es el verdadero placer, a ver si entend�s por fin todo lo que expliqu� durante la semana �le dijo �l inclin�ndose para susurr�rselo al o�do. La �nica respuesta que obtuvo fueron jadeos y gemidos. Estaba tan compenetrada en el placer que la envolv�a que no pod�a pronunciar palabra.

Tom� su verga entre sus manos y la coloc� en la entrada de la concha de ella. Agarr� sus tetas con las dos manos y se prepar� para penetrarla.

-Aqu� vamos, �preparate para el �xtasis!

Con eso, impuls� su pija con la suficiente fuerza para que ella lo sintiera, pero no le produjera dolor al mismo tiempo. En el momento en que su verga ingres� a la concha de Laura, ella peg� un alarido, que inconfundiblemente era de placer y no de sufrimiento.

El profesor entonces comenz� el r�tmico vaiv�n de sus caderas mientras le acariciaba las tetas, le lam�a la oreja y le susurraba cosas al o�do. Ambos gem�an audiblemente, como dos bestias fornicando.

Sergio movi� su verga dentro de la chica con un ritmo ligero pero suficiente como para no causarle dolor a la, hasta hace minutos, virgen joven. Deslizaba su miembro dentro y fuera con perfecto sincronismo, sin acelerar ni frenar la rapidez de sus movimientos.

Poco tiempo fue necesario para que sintiera c�mo los m�sculos de la concha de ella se aferraban a su r�gido miembro, sabiendo que estaba por ocurrir lo inevitable. La chica solt� un alarido que podr�a haber levantado a los muertos del lado opuesto del globo terr�queo y sinti� la inundaci�n de la ola del primer orgasmo de su vida. Los m�sculos de su concha cog�an a la verga del profesor, aferrando y solt�ndola r�tmicamente.

Escasos segundos despu�s, tambi�n �l sinti� el torrente de la pasi�n llegar a su punto m�ximo, soltando un aullido que, si bien fue menos fuerte que el de Laura, bien podr�a haber sido escuchado por varios vecinos. Su verga escupi� todo el producto de sus bolas bien profundo dentro de la concha de la chica de 16 a�os, inund�ndola.

�l vestido torso de Sergio se desplom� sobre la espalda de la chica, a�n tendida sobre el escritorio. Ambos permanecieron varios minutos en esa posici�n, sin decirse palabra y simplemente tratando de recobrar el aliento.

Cuando finalmente los dos pudieron levantarse, ella simplemente le sonri�, le gui�� un ojo, tom� sus ropas y dirigi�ndose a la puerta del aula para irse le dijo gracias. Sergio luego volvi� a vestirse y tambi�n parti� a su hogar, sabiendo que hab�a cometido un error al cogerse a una alumna, pero no arrepinti�ndose de nada. Seguramente a la noche, recordando lo sucedido, se har�a una paja antes de dormirse tratando de volver a tener un orgasmo tan intenso como el que acababa de tener, el m�s potente que hab�a experimentado en su vida.

 

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